“Los mapas no son dibujos inocentes”: África exige un cambio en la cartografía que muestre el tamaño real del continente

“Un mapa no es solo una herramienta técnica, sino un símbolo, y los símbolos importan. Para nosotros, corregir el mapa también significa corregir la narrativa global sobre África”, dice Fara Ndiaye, cofundadora y directora ejecutiva adjunta de Speak Up Africa, una de las organizaciones detrás de Correct The Map. La Unión Africana (UA) acaba de respaldar esta iniciativa, que busca que Gobiernos, organizaciones internacionales y educativas dejen de usar el mapamundi de Mercator en favor de otro que muestre con mayor precisión el tamaño de África, que aparece empequeñecida en el tradicional.
“Podría parecer solo un mapa, pero en realidad no lo es”, declaró a la agencia Reuters la vicepresidenta de la Comisión de la UA, Selma Malika Haddadi, quien afirmó que el Mercator fomentaba la falsa impresión de que África era “marginal”, a pesar de ser el segundo continente más grande del mundo en superficie.
Ndiaye opina que este respaldo es un hito histórico y manda una señal política muy poderosa. “Es la primera vez que una institución panafricana toma una posición clara sobre la representación visual de África”, explica en una videollamada con EL PAÍS, y añade que este apoyo transforma lo que inicialmente era “una demanda cultural y cívica en una política continental dirigida al mundo entero”.
Para Carlos Lopes, profesor de la Universidad de Ciudad del Cabo y colaborador de Africa No Filter, la otra organización detrás de la iniciativa, este apoyo es “una señal de que África se niega a seguir siendo una nota al pie en su propia historia”. El académico cree, en un intercambio de correos, que no se trata solo de un debate cartográfico, sino de “dignidad, educación e incluso de diplomacia”. “Al fin y al cabo, si tu casa siempre apareciera diminuta en Google Maps, acabarías queriendo que lo corrigieran”, añade.
Si África aparece más pequeña de lo que es, también lo hace su peso en la imaginación de los ciudadanos y los responsables de la toma de decisiones. Corregir el mapa no es vanidad: es reclamar la realidad
Carlos Lopes, profesor de la Universidad de Ciudad del Cabo y colaborador de Africa No Filter
Aunque estas críticas al mapa de Mercator no son nuevas, la campaña ha reavivado el debate en un momento de ruptura postcolonial y de reafirmación de la identidad africana. Lopes cree que la persistencia de estas distorsiones tiene que ver con el hecho de que, “una vez que una visión del mundo se arraiga, se vuelve muy cómoda”. Sin embargo, cree que “los mapas no son dibujos inocentes”, sino que moldean cómo nos vemos a nosotros mismos y a los demás: “Si África aparece más pequeña de lo que es [en relación con los otros continentes], también lo hace su peso en la imaginación de los ciudadanos y los responsables de la toma de decisiones. Corregir el mapa no es vanidad: es reclamar la realidad”.
“Los mapas incorrectos socavan la capacidad de acción”En 1569, el cartógrafo flamenco Gerardus Mercator consideró que hacía falta un nuevo mapa para la navegación, ya que, al ser la Tierra esférica, si trazabas una línea recta en un mapa para ir, por ejemplo, de Sevilla a Cuba, te desviabas, explica el historiador británico Jerry Brotton, autor del libro Historia del Mundo en 12 mapas.
Su solución fue una proyección que inevitablemente distorsiona: cuanto más al norte o al sur, mayor es la distorsión. “No estaba minimizando deliberadamente el tamaño de África”, cuenta Brotton, que añade que lo hizo para ayudar a la navegación este-oeste.
“Cuando miras zonas polares como Siberia, el norte de Canadá o Groenlandia, estas aparecen muy ampliadas. Les digo mis alumnos que comparen el tamaño de Groenlandia y África. En la proyección de Mercator, las dos masas continentales parecen del mismo tamaño. Sin embargo, en realidad, Groenlandia es 14 veces más pequeña”, ejemplifica el cartógrafo Bernhard Jenny, profesor de la Universidad de Monash y cocreador de la proyección Equal Earth.
“Este es el mapa que hemos visto principalmente desde el siglo XVI. Pero creo que es importante decir que tenía un propósito específico, la navegación marítima, no representar los continentes de forma equitativa. El mundo ha evolucionado enormemente en los últimos siglos. Y es importante que nos aseguremos de actualizar las herramientas para que reflejen la realidad”, explica Ndiaye.
“Los niños aprenden a partir de estos mapas. Crecen pensando que África tiene un tamaño modesto cuando, en realidad, es gigantesca: más grande que EE UU, China, India, Japón y gran parte de Europa combinados. La percepción se traduce en confianza, y la confianza en acción. Así que sí, los mapas incorrectos socavan la capacidad de acción”, incide Lopes.
“También sabemos que esta distorsión tiene consecuencias geopolíticas, ya que los mapas refuerzan la percepción de qué regiones son centrales y poderosas y cuáles periféricas”, dice Ndiaye. “Al adoptar estas representaciones justas en escuelas, medios de comunicación y organizaciones internacionales fuera de África, se contribuye a derribar estas jerarquías obsoletas y a promover un mundo más equilibrado”, añade.
La proyección de Mercator sigue utilizándose en empresas tecnológicas, instituciones y escuelas, aunque poco a poco van produciéndose cambios. En 2018, Google Maps la sustituyó en su versión de escritorio por un globo terráqueo en 3D, aunque los usuarios pueden volver a la Mercator si lo prefieren. En la app móvil sigue siendo la predeterminada. Instituciones como la NASA han utilizado proyecciones como Equal Earth para mapas climáticos y un portavoz del Banco Mundial confirmó a Reuters que ya usan Winkel-Tripel o Equal Earth para mapas estáticos y están eliminando gradualmente Mercator de los mapas web.
La campaña recomienda la proyección Equal Earth, creada en 2018 por Bernhard Jenny, Tom Patterson y Bojan Šavrič. “Nos preguntábamos: ‘¿Cómo es posible que la gente siga utilizando en serio esa proyección cartográfica [la de Mercator] para los mapas mundiales?’. Decidimos que teníamos que hacer algo”, recuerda Jenny. Con Equal Earth, sus creadores esperan ofrecer una alternativa a las proyecciones tradicionales y que la gente comprenda mejor cómo están formados los continentes.
Un debate global sobre la representación de ÁfricaLa directora ejecutiva de Speak Up Africa considera que lo que está en juego no es solo un cambio de proporción en el mapamundi. “Mostrar a África con su tamaño real refuerza el orgullo y la confianza entre los africanos y especialmente entre la generación joven. Y por eso creo que también es importante que la primera audiencia de la campaña sean los africanos”, explica Ndiaye, que añade que el cambio debe de venir desde dentro del continente: “Cuando sepamos exactamente quiénes somos y lo que representamos en el mundo, eso facilitará nuestra relación con los demás”.
Al adoptar estas representaciones justas en escuelas, medios de comunicación y organizaciones internacionales fuera de África, se contribuye a derribar estas jerarquías obsoletas y a promover un mundo más equilibrado
Fara Ndiaye, cofundadora y directora ejecutiva adjunta de Speak Up Africa
Sin embargo, enfatiza que corregir el mapa no solo es una cuestión africana, sino que esta construcción más precisa del mundo nos involucra a todos: “Cuando los no africanos crecen aprendiendo a partir de mapas distorsionados, desarrollan esa percepción equivocada de que África es más pequeña y menos significativa de lo que realmente es”.
Desde la campaña esperan que los ministerios de educación africanos, especialmente tras el apoyo de la UA, adopten la proyección Equal Earth en los planes de estudio. También abogan para que los medios de comunicación africanos e internacionales usen mapas más precisos en sus publicaciones. Y quieren suscitar un debate mundial sobre cómo se representa a África en los sistemas educativos, en las narrativas y en el imaginario colectivo. Para Lopes, el cambio del tamaño “no borrará la desigualdad, pero ayudará a corregir un sesgo subconsciente. Un mapa más justo dice: el mundo es redondo, diverso y compartido”.
EL PAÍS